Un Viaje de Autoconocimiento Transformador
Un Viaje para transformar nuestra conciencia a través del autoconocimiento.
Reencontrarnos con todas nuestras partes, integrándolas para
vivir en unidad y armonía con todo lo que somos,
con todo lo que es.
A menudo, sentimos que no podemos Ser. Simplemente Ser lo que somos en este Instante Presente. Confiando plenamente en la Vida. Sin tratar de controlar todo a nuestro alrededor.
En esta aventura de ser humanos, buscamos fuera lo que un día perdimos dentro. Eso que nos hacía sentirnos totalmente a salvo. Esta Búsqueda, nos conduce a re-conectar con nuestra Brújula Interior. Esa que nos empuja hacia donde ningún mapa externo puede llevarnos. Esa que siempre nos lleva hacia buen puerto…
Cuando elegimos convertirnos en buscadoras conscientes, contactamos con la sed de conocernos más y mejor. Mi propósito es acompañarte en ese periplo, donde el buscador es lo buscado. Para ello, iniciaremos una ruta de vuelta a casa, rumbo a tu propio centro. Poniendo luz/consciencia, en aquellos lugares que desconoces de ti. Comprendiendo poco a poco, la raíz de tus dificultades y cómo ésta determina en parte, tu forma de expresarte, de relacionarte y de vivir la Vida. Durante este proceso te re-apropiarás de las herramientas que ya posees. Aprenderás otras para crecer en unidad y coherencia con todo lo que eres, expresándose en distintos niveles (instintivo, emocional, intelectual… ). Conquistando cada vez más espacios para la presencia, tranquilidad y alegría en tu Vida. Usaremos varias técnicas e instrumentos de trabajo, y nos serviremos del poderoso espejo que implica la relación humana y terapéutica.
En cada etapa de este viaje, atravesamos las capas con las que aprendimos a cubrir nuestra verdadera identidad. Esto nos ayuda a transformar nuestro autoconcepto, rescatando una perspectiva esencial, inmutable y auténtica de nosotr+s mism+s. Desde ella, podemos volver a Ser en unidad y descanso con todo lo que somos, con todo lo que es. Este reencuentro con nuestra esencia, es un anclaje interior que nos provee, además, del suficiente arraigo para poder abrirnos a la Vida de manera incondicional, con los pies en la Tierra. Aceptando la realidad tal y como es para darnos cuenta de que en el fondo, cada experiencia que se nos presenta, no es buena ni mala, si no una oportunidad más para evolucionar y crecer en coherencia con lo que pensamos, sentimos y hacemos. Integrando todos los aspectos que nos hacen ser humanos a cargo de nuestra existencia y autorrealización.